Los momentos vividos hasta ahora solo son el comienzo de los que nos quedan por vivir.



musica para soñar

domingo, 31 de octubre de 2010

Recordando el otro día que este año llega a su fin, esta etapa, este ciclo de nuestras vidas, me puse a pensar ...


Busqué dentro de mí esos momentos vividos por y para mi afición: montar en moto. Descubrí que aún con el paso del tiempo, siento la misma ilusión por ser feliz, que no importa el destino, el lugar donde nos encontremos, lo lejos que estemos el uno del otro, o lo cerca, la sensación es la misma.
Que para que seamos felices hace falta más bien poco, solo con desearlo ya comenzamos bien, que hay que dar tiempo para poder lograrlo, para poder compartir kilómetros de carreteras desconocidas, curvas y más curvas, pero siempre, con una agradable sensación de estar haciendo algo bien.
Espero que no dentro de mucho tiempo, esta sensación vuelva para quedarse, para hacer algo especial en mi vida, lo sé, esto me va a pasar a mí, sé que esto va a ser algo grande, que no se olvidará, y que cada minuto de ese momento va a valer como toda una vida, lo sé....
También sé que esto me va a costar grandes sacrificios, pero estoy dispuesto a asumirlos, en esta vida, lo que más nos cuesta, es lo que más vale, lo que se queda, lo que sentimos que merecemos, y lo que más apreciamos.
Saber que por poca distancia que recorra, me siento feliz, que no necesito irme al fin del mundo, que lo importante no es el destino, no, el destino solo es un punto por el que pasaremos, no habrá destino, solo un recorrido, una ruta, una dirección por donde encaminar mi vida, para así disfrutar de cada minuto juntos.


Así, solo espero que mi salud me acompañe, el proyecto ya está en marcha ..... y esto no lo para nadie.






Una pista ....

jueves, 21 de octubre de 2010

La vuelta al mundo en moto sinewan

Hoy estoy soñador, y ayer también, y la semana pasada también, ..... no nos engañemos, SOY UN SOÑADOR.
Aquí va un vídeo de un aventurero motorista que me pareció en su día un tipo valiente, pero que descubrí poco a poco que iba a conseguir terminar ese viaje con el que soñó.
Hace unos años, Ewan McGregor hizo un viaje de Londres a Los Ángeles con un amigo, en moto, pero como es de suponer, con un gran aporte económico, puesto de ese bolsillo bastante grande que tiene el actor, tiene su mérito.
Pero el protagonista de este vídeo nos demostró que sin ese presupuesto, sin ese equipo humano que llevaba McGregor, también se puede conseguir. A un español le vas tu a decir que no se puede...... vamos.




Piensa en ese viaje que soñaste realizar alguna vez, piensa con fuerza, con el corazón, y haz lo posible por realizarlo.... no te defraudes a ti mismo, por difícil que sea, puedes conseguirlo, yo ya lo hice una vez, y pronto lo volveré a hacer ...... te lo prometo.


 

El enlace de su Web





lunes, 11 de octubre de 2010

Toni elias

Se lo ha tenido que currar el tio para conseguir esto. Campeón del Mundo de Moto2 2010.

domingo, 10 de octubre de 2010

¿ Du yu espic inglish ?

Esto es la carta que escribió una señora al programa de Luis del Olmo para que la leyeran en directo:



"Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno.

Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.

Yo, en el colegio, hice aeróbic muchas veces, pero, tonta de mi, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor.

Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap... Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos.

Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings. Sacamos tickets, compramos compacts, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting; en lugar de acampar, hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.

Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino pantys y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el masaje.

El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager.

Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento.

En la oficina, el jefe está siempre en meetings o brain storms ¡casi siempre con la public-relations!, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yogurt light y el body-fitness.

El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.

Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto,como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario “El Caso”, pero en moderno. Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.

Estas cosas enriquecen mucho. Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, sólo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra "SIESTA."

Espero que os haya gustado... yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones".


Dedicada a mi amigo Pedro Muñoz, que está más puesto en esto del inglés.

Un anuncio muy educativo.



De vez en cuando hay que ponerse serios, sobre todo cuando se trata de un tema que se está viviendo día a día en nuestro entorno: familiares, vecinos, amigos,....

Cuando le nombro a mi madre que la vida hay que vivirla, que los recuerdos hay que conservarlos en la memoria, que hay que sentir más con el corazón y menos con la cabeza, que hay que experimentar lo no experimentado, me dice que hay que currar más, salir menos y ahorrar para las "vacas flacas". No le quito razón, pero creo, pienso, siento que la vida debe ser vivida, que el que se preocupa por el futuro, no tiene tiempo de vivir el presente, y siento temor solo de pensar que algún día mis recuerdos de viajes, amigos, experiencias, se puedan borrar de mi memoria hasta el punto de olvidarme hasta de vivir.

Esto solo es una pequeña irreflexión, sin animo de cambiar la vida de nadie, pero es que hoy me siento reflexivo.

Hazte un favor, reflexiona sobre esto, creo que serás más feliz, aunque solo sea por un instante....

lunes, 6 de septiembre de 2010

LA TRISTE HUELLA DEL PARÍS DAKAR

Pocas pruebas deportivas traspasan el umbral de lo legendario. El Rally París Dakar lo ha conseguido. Nacido en 1979 como un empeño de chalados, El Dakar se ha convertido en marca comercial. Pero al mismo tiempo es sueño, ilusión, reto y aventura. El viaje a través del Sahara ya no sólo lo hacen (o lo hacían) los competidores oficiales que pagan las altas tarifas de la organización fundada por el malogrado Thierry Sabine, sino muchos otros pilotos anónimos que afrontaban a su aire los riesgos de la ruta por el puro placer de superar las dificultades.

Pero Al Qaeda vino a aguar la fiesta. El Rally oficial desertó a tierras australes y el flujo de aventureros independientes ha menguado considerablemente. Todos estamos en peligro en el Sahel por culpa del color de nuestra piel. El Rally París Dakar ha muerto en África. Con él se han extinguido muchos sueños. También muchos negocios. La caravana era sobre todo dinero para una de las regiones más pobres del planeta. ¿Qué habrá quedado después de tanta carrera, tanta gasolina, tragedia, esperanza y sacrificio?

LA RUTA

Emprendo viaje en una antigua BMW R100 G/S del 88. La familia GS forma parte de la leyenda desde que Hubert Auriol ganará las ediciones del 81 y 83 con una de ellas. Otro de los competidores oficiales de BMW en el 2001 fue el francés Jean Brucy. Lo encuentro en Agadir, donde organiza rutas de enduro. Confirma que el rally ha dejado de ser una aventura romántica para convertirse en competición hiperprofesionalizada. Antes, un piloto en apuros podía esperar ayuda de su adversario; todos eran camaradas en el campamento. Ahora, que le pregunten a Marc Coma por su relación con Cyril Despres, quien le ha acusado varias veces de fraude.

La ruta paralela de los no competidores ha dejado una marca indeleble en estos países. Albergues, campings e incluso pasos fronterizos tienen pegados en paredes, ventanas y taquillas el testimonio de su paso en forma de pegatinas. Cada expedición parece haber impreso sus propios adhesivos para irlos dejando como rastro de la gesta. Resulta casi surrealista encontrar tan coloridos escudos y lemas en los sucios galpones de la gendarmería o los agentes de aduanas. Estos funcionarios mal pagados también están perdiendo oportunidades de negocio. Acostumbrados a exigir mordidas, regalos y propinas para agilizar los tediosos trámites fronterizos ven con dolor como el caudal se les está secando.

SENEGAL

El ferry que cruza el río Senegal en Rosso es famoso por la multitud de ladronzuelos, buscavidas, pedigüeños y funcionarios corruptos. Lo evitaré desviándome hacia Diama. Noventa divertidos kilómetros sin asfaltar paralelos al cauce. No iré solo. He aconsejado a un grupo de senegaleses que lo intenten por esta pista. Son los nuevos y silenciosos héroes del París Dakar. Inmigrantes que regresan a su país durante las vacaciones. Recorren miles de kilómetros en coches de cuarta mano cargados hasta los topes. Expuestos a los abusivos precios de seguros y visados, durmiendo donde pueden y comiendo en el arcén. De su proeza nadie escribe ni son entrevistados en los programas deportivos.

Senegal es cambiar de planeta. Se acabó el desierto. Es el África alegre, colorida y sexual. Saint Louis es un caos policromo y animado. Cruzo el puente de hierro y entro en la que fuera capital colonial francesa. Es como un Nueva Orleáns africano y abandonado. De aquí fue el primer diputado negro en París. Me alojo en un hotel barato pero voy a cenar al lujoso La Residence. Me atiende Madeleine, una belleza local. Toda simpatía, reconoce que la marcha del Rally les ha perjudicado. Durante la competición se ocupaban todas las habitaciones y nadie discutía el precio. Y para que hablar de las propinas.



DAKAR



Dakar es una ciudad sucia y contaminada. El Rally no volverá. Tampoco creo que les importe demasiado viendo tan atroz miseria. La aventura aquí es sobrevivir. La pobreza sigue siendo total tras cincuenta años de independencia. El caso de Senegal no fue tan traumático como el de Guinea Conakry, donde el líder nacionalista Sekou Touré espetó a De Gaulle que preferían ser pobres pero libres. El general le hizo caso. En cuatro meses desapareció todo rastro francés. Ni trabajadores, ni maquinaria, ni infraestructura, ni edificios, ni servicios. Nada. El país regresó a la edad de piedra en ciento veinte días.



Hay una novela cáusticamente divertida, Céroe, no eres un cualquiera, de Sassine Williams, sobre la situación tras la muerte de Touré. Es la historia de un africano inepto y emigrado cuyo alcohólico jefe blanco convence para que se finja mártir de la oposición a la tiranía y regrese como libertador. La suma de cero y héroe da lugar al título. El irreverente cuadro descrito permite respirar el ambiente irracional de la descolonización como si hubiera sido un chiste.



Mas la realidad es una historia sin demasiada gracia. Frente a Dakar está la isla de Goree. Un kilómetro cuadrado objeto de violenta disputa entre portugueses, holandeses, británicos y franceses. Desde aquí despachaban todos los esclavos de África del Oeste. En Goree recaló Vasco de Gama para atender misa antes de completar su intrépida vuelta al Mundo. Casi nadie lo recuerda hoy. Quizá es que se olvidó de traer pegatinas de su aventura.



Miquel Silvestre.

Ponte cómodo y disfruta de un ratito de lectura

MAURITANIA Y EL SUICIDIO DE LAS SOCIEDADES EMOTIVAS




Una sociedad emotiva es una sociedad cogida por el gaznate. Cuando se adoptan decisiones políticas sólo por los efectos que están pueden tener en la sensibilidad afectiva del cuerpo social (el electorado) se está hipotecando la propia capacidad de actuar. Se recorta así el poder soberano del Leviatán (monstruo necesario, y necesariamente frío) al calor de las emociones sociales, y se entrega este sobrante de soberanía a quienes sean capaces de influir en ellas.



Todos deberíamos ser capaces de sentir compasión, o sea, de compartir la pasión, el dolor, del otro. Se llama empatía y es un ingrediente evolutivo básico para asegurar la viabilidad de una especie animal que necesita proteger sus cachorros durante un largo periodo de tiempo más allá de la ya de por sí larga gestación. Para un ser vivo tan vulnerable como el homo sapiens sapiens, es imprescindible sentir empatía por sus próximos, los que comparten sus genes y su proyecto municipal. Se trata de un imperativo ético y biológico.



Sin embargo, los postulados ideológicos del cristianismo, que nos obligan a compadecer a todos los prójimos; las revoluciones políticas del XVIII, que construyen el Estado social como disolvente de privilegios; y las ideas socialdemócratas del XX, que lo convierten en maquinaria para el reparto de privilegios; sumado todo ello a los medios de comunicación de masas del XXI, han destilado un magma doctrinario por el que las sociedades occidentales (y solo ellas) se compadecen del mundo entero y consideran que el Estado debe remediar su padecimiento (el de las propias sociedades más que el de los dolientes) con actuaciones administrativas, es decir, sufragadas por el presupuesto.



El Sahara mauritano es el que ha retratado el cine hasta mitificarlo en icono antes que en una realidad geográfica. Este desierto es el verdadero océano de dunas doradas como el oro que se extienden más allá del horizonte. Abrasado por el sol inclemente del Trópico de Cáncer, es un páramo perfecto en su belleza arenosa. Es también el tétrico desierto de los secuestros de Al Qaeda que yo tenía que cruzar en mi vieja BMW R100 G/S del 88 para llegar a Dakar y comprobar qué ha quedado del rally más famoso del mundo en estos países ahora que la organización ha decidido transplantarlo en Sudamérica por motivos de seguridad. Al Qaeda ha amenazado la carrera.



No son amenazas despreciables. Tenemos allí dos compatriotas secuestrados. No es plato de gusto pasar por allí. Pero decidí cruzar Mauritania porque había dos buenas razones para no ser víctima de un secuestro, una técnica y otra estratégica. La técnica es la velocidad. Un motorista solitario apenas llama la atención. Una caravana solidaria sí. Van trompeteando su presencia, algo que jamás se debe hacer. En cuanto a la estratégica, teniendo en marcha una negociación donde el Gobierno Español compra y Al Qaeda vende, no es probable que se alteren las posiciones respectivas dándole una patada a la tetera en mitad de la partida.



Entre Marruecos y Mauritania son cinco kilómetros de tierra de nadie. Una sucesión de baches, bancos de arena, señales de peligro de minas y carrocerías calcinadas de viejos coches robados. El país está lleno de estos esqueletos herrumbrosos y también de controles de la gendarmería tan poco eficaces como el seguro obligatorio que hay que comprar. El que los vende dice que Moratinos es un buen ministro. Llevo recorridos en moto más de cuarenta países y es la primera vez que encuentro a alguien que conoce un miembro del Gobierno Español. No resulta tranquilizador; eso supone que hasta el último mindundi está al tanto de las negociaciones con los secuestradores. Cualquiera que me mire lo que ve son cinco millones de dólares, precio fijado por el mismo gobierno que se supone tiene que defenderme.



El occidental quiere viajar al mundo real, donde a veces lo secuestran. Las sociedades emotivas exigen que se le salve (se las salve) como sea. No sólo lo hacen familiares y vecinos directos (genes y municipio), sino toda una sociedad que experimenta angustia prestada. Los leviatanes adormecen el dolor social y pagan; pero al hacerlo recortan su propio poder, debilitan la capacidad de defensa del conjunto e incrementan el peligro para cualquier otro occidental que se aventure por allí. En un país de una pobreza tan extrema como la de Mauritania, la noticia de que pagan de dos a cinco millones de dólares la pieza blanca, supone un terremoto. Ya no sólo existe el peligro de los terroristas de verdad sino de que cualquier advenedizo desesperado.



Los secuestros no son una novedad. Son tan viejos como el Mundo. Sin embargo, antes los secuestrados habían asumido su riesgo bien por el interés de su país (militares, espías, diplomáticos), bien por su ambición personal (comerciantes, contrabandistas, emprendedores). De los primeros se ocupaba el Estado; de los segundos, ellos mismos o la solidaridad privada. En los tiempos en que Cervantes estuvo preso en Argel, los miembros de la orden de Los Mercedarios recaudaban donaciones para la liberación de cautivos. ¿Quién si no las familias pagaba los rescates de los secuestrados por ETA? Es sólo ahora cuando se exige que sea el Estado quien se ocupe tanto de los públicos como de los privados.



No es una buena noticia. Entre los que pagan y los que cobran, nos han convertido a todos los demás en militares en misión de combate. La sociedad más pacífica de todas se ha convertido así en la más militarizada. Estamos todos enrolados en sus ejércitos, lo queramos o no.


Miquel Silvestre
Muchas gracias a este viajero incansable por estos ratos de lectura que tanto apreciamos los que, por una razon u otra, no podemos llegar a vivir esas experiencias. Gracias Miquel.

domingo, 1 de agosto de 2010

Viaje a los Pirineos

Pues eso, que nos vamos a pasar unos días por los Pirineos. Ya conocemos más o menos la zona española, pero desconocemos lo que hay al pasar las montañas, justo detrás.

Aprovecharemos para visitar también la zona de Pamplona y San Sebastian, ya que estamos por allí.

Si el tiempo y el Wifi me lo permiten, escribiré y colgaré fotos todos los días.

Nos vemos.