Los momentos vividos hasta ahora solo son el comienzo de los que nos quedan por vivir.



musica para soñar

Viaje a los Alpes´09 (primera parte)




 
Este es el viaje que todo motorista debería hacer una vez en la vida, como un árabe debe de ir a la Meca, un motorista tiene que ir al Stelvio, este viaje te cambia la vida, a mí me la cambió para siempre ...

Desde la planificación del viaje, casi nula e improvisada, hasta los acontecimientos y situaciones, siempre afortunadas y anecdóticas, no tienen desperdicio...



Pero ésto hay que vivirlo para entenderlo, la pasión que uno siente encima de la moto no se puede describir, y aquí dificilmente se puede explicar, pero voy a intentarlo.



Voy a ir colgando las fotos del viaje, para recordar los buenos momentos que pasé a lomos de mi RT, que hasta la fecha no se ha portado mal, y acompañado de mi amiga y "señora", que tantos ratos tiene que sufrir a mi lado, Carmelita, te quiero.









 

DÍA 1, VIERNES 7 AGOSTO 09



Bueno, pues aquí estamos preparados para la partida, eran las 5 de la tarde y teníamos que llegar a Granollers a dormir, con nervios y ganas, entre ilusión y miedo, era el primer viaje por Europa ... no sabíamos lo que nos esperaba.



De momento un puñado de km. por autopista, un aburrimiento de la leche, peajes y monotonía, menudo comienzo...



Después de unos 600 km., después de parar en una área de servicio a medio camino, después de pagar el peaje más caro de toda Europa, después..., llegamos al primer destino, no sin antes perderme en sus inmediaciones, aquí empezamos con las tiranteces entre "la Sophie" ( nuestro GPS ) y el que escribe, empezamos bien, y aún estamos en España.






Fíjate en el neceser azul que hay en el suelo, tiene una historia que contar... más adelante.




DÍA 2, SÁBADO 8 AGOSTO 09



Bueno, enfilamos la autopista, y llegamos a la Junquera, dejamos España y pasamos a Francia, aún no me lo creo, parece un sueño, y paramos a desayunar en una área de servicio, cerca de Narbona ( Narbonne en francés ).



Cargaditos como los gitanos....


El mapa de dónde estamos, que cerca pasamos a la vuelta.

 


Después de hacer un puñado de km., paramos a comer, un triste bocadillo, continuamos otros tantos peajes, más autopista, hasta las narices de autopista, pero empezamos a dislumbrar los Alpes, y llegamos a Grenoble, a éste hotel, con ganas de bajar de la moto, desde que salimos de Granollers, unos 750 km., ya está bien.





Dejamos la moto en el hotel, merecido descanso, de ella y nuestro ....

 


Paseando nos acercamos al río que pasa por la ciudad, bonita fortaleza.

Mas fortaleza...



El río, y a lo lejos los Alpes, ya me estaba poniendo nervioso...




Y esto para compensar los nervios y el bocadillo de la comida, ¡ toma plato !, el de Carmela no era más pequeño...


Y para que veas que los españoles estamos en todos sitios. La de la foto también era española, creo.


 

DÍA 3, DOMINGO 9 AGOSTO


Nos levantamos temprano y dejamos el hotel, iniciamos el camino con ganas de ver los Alpes, ¿ adivinas donde paramos a comprar algo para desayunar ? ¡Premio!, abren hasta los domingos, pero teníamos un problema: llevaba poca gasolina y los surtidores automáticos solo funcionan con tarjetas con chip. ¿que chip?, si las de España no lo llevan (ahora sí), y nos encomendamos a todos los santos para no quedarnos tirados..
Seguimos unos km. y solucionamos lo de la gasolina (uffff.), y llegamos a una ciudad que había visto por Internet y que me habían recomendado no perderme: Annecy.






Precioso pueblo medieval, al final de un río que desemboca el el lago del mismo nombre.





Uno de los pueblos más bonitos que te puedas encontrar a los pies del Mont Blanc. Las fotos no le hacen justicia. Lo que sí que hacía era un calor de la leche, y eso que me recomendaron llevar ropa de abrigo, ¡ vaya calina !. Todo el mundo de pantalón corto y nosotros vestidos de moto, a Carmela no se le va a olvidar en la vida...
 



Imagen de postal



Encantador y recomendable perderse por sus calles, pero el viaje es largo y hace mucho calor, compramos algo para comer en el supermercado de antes (intermarché) y nos vamos a comer de camino al hotel.


En una área de descanso, a la sombra, paramos a comer, luego un descansito del piloto, y a la hora de empaquetar todo nos damos cuenta de que hay que prescindir de algo: le ha tocado al neceser, amigo de mil batallas, que nos tiene que abandonar en un contenedor francés. Una pena, pero con dolor y resignación continuamos viaje.



Llegamos casi a la frontera suiza, el tiempo empieza a cambiar y amenaza lluvia.



Éste es uno de los primeros lagos alpinos que encontramos a nuestro paso, habrá muchos más..



Y como no solo de moto vive en hombre, también hay que cenar.



Comenzó a llover al llegar al hotel, situado en La Rosérie, ya en los Alpes franceses, una estación invernal poco menos que deshabitada. Recuerdo el encargado del hotel, muy simpático, irlandés que hablaba perfectamente español. Guardamos la moto en una cochera para ella solita y buscamos deseperadamente algún lugar para cenar.



Nos recomiendan una hamburguesería; no había un alma, pero cenamos de escándalo por cuatro duros. Y nos fuimos a la cama, lo necesitabamos.


DÍA 4, LUNES 10 AGOSTO
Amanece en La Roserie, hace fresco, saco la moto de la cochera y la cargo hasta los topes, desayunamos y nos despedimos del dueño prometiéndole hablar bien de él en Internet, y nos dirigimos hacia Suiza, está a un paso..
El primer Pass, como dicen aquí, el Petit Sant Bernard, que de pequeño tiene poco, como será el Grand..
Foto típica debajo del cartel, habrá muchas más...


Bajamos el Pass y llegamos a la bonita ciudad de Airolo.



Tenía unas callejuelas y callejones bonitos de verdad, donde paramos a tomar un capuchino, ya no sabíamos si estábamos en Suiza o Italia, empieza el lío...



Bonita fachada de una iglesia, las columnas estaban pintadas en la pared.



Salimos hacia otro mítico puerto, con su lago y todo, donde hacía un poco de fresco, y había un montón de perros con barrilitos colgados del cuello....



Efectivamente, el Pass del Grand Sant Bernard. Lo del barrilito colgado del cuello es mentira, pero sí que había un montón de perros, preciosos por cierto.



Ya estamos en Suiza, las vistas desde el hotel son preciosas, se ve todo el valle, y el pueblo és de postal, y me puse a buscar la vaca lila de Milka, pero estaba escondida, porque yo no la ví..



Aquí todo el mundo va a trabajar en el tren que recorre el valle, y como no tienen la costumbre de tener persianas en las habitaciones, a las 6 o 6:30 todo el mundo en pié, como en España...
Todos con su parcela verjada, su ranchera, eso sí, buenos ranchera, su césped bien cuidado, la leña organizada, y una vaca por lo menos..



Nuestra habitación era curiosa, la decoración típica de los Alpes de la montaña vamos, con sus molinos, y sus vacas, eso sí, aquí quieren más a las vacas que en la India, vaya obsesión con las vacas, y en la carretera ni te cuento como estaba de vacas, y de sus restos, pero de vacas grandes, grandes de verdad.



No te digo que tenían obsesión por las vacas, mira el cuadro que teníamos a los pies de la cama.



Y la cosa se empieza a poner chunga, el cielo se pone gris y empieza a refrescar. Al fondo se vé el gran Furka ( vamos el Furkapass ), pero eso para mañana.

DÍA 5, MARTES 11  DE AGOSTO

Amanece con buena cara, aquí se ven las demás motos que llegaron anoche desde Inglaterra, iban a Brno, a la República Checa, a ver el GP.


 
Desayuno de campeones, nos despedimos de los dueños, que me regalaron una espátula quitanieves ¿?, no creo que me hiciera mucha falta, pero un regalo siempre se acepta, a la saca.. y a la moto, estaba nervioso por ver el Pass, nos abrigamos y " pa´rriba ".


Después de la subida, la cosa no pinta muy bien...


Pero cuanto más subimos mejor se pone.., que gozada de curvas, que no se acaben nunca...


Y llegamos al Furka, daba vértigo asomarse, menos mal que había muchas nubes.


Voy a hacer una bonita foto y aparece esta señora, ¡ apártese señora !, y ella ni caso..


Continuamos unos cuantos km. más y llegamos a otro no menos espectacular Oberalpass, y esto no tiene pinta de acabar...


Agosto y la nieve que no se va, y eso que no hacía frío...


Un lago precioso, lleno de motos, con un tiempo que acompaña, ... no se puede pedir más. Uno de los pasos que más me gustó, aún estábamos en Suiza.


Su nombre lo dice todo, y el cartel famoso por tantas pegatinas de moto-clubes... vaya costumbre.

Posando con un monumento lleno de águilas, lo siento pero no entendía ni papa de lo que ponía.



A ver para donde tiro, creo que me voy para Milán...



Y me encuentro un mirador con estas vistas de Aosta, como para no parar. La bajada simplemente espectacular por una carretera de adoquines, menos mal que no llovía..

Seguimos carretera y pasamos por Bellizoma, el lago Di Como, muy turístico, con un calor de muerte, tráfico por todas partes, y empezamos a comprobar lo mal que se conduce por aquí, no se respeta nada, pasamos de hacer fotos, paramos en un mirador pero hace mucho calor, 40 grados, ahora me acuerdo de aquel que me recomendó ropa de abrigo...

Pero el día aún nos tiene guardado buenos momentos. Al llegar al cinturón de carreteras que rodean Milán, el GPS me lía, yo no acostumbro a perderme ( no me lo creo ni yo ), me voy a otro valle, a 100 km. de mi destino, vuelta para atrás con el consiguiente calor y cabreo, pero consigo llegar a mi destino, serpenteando por una carretera que me va subiendo al hotel más bonito de todo el viaje, a Rota d´Imagia.



Por lo tarde que era no se ve bien, y las vistas sobre el valle son la leche...
El dueño parecía esperarme, me tenía guardado un sitio, movilizó todo el parking para que acomodara la moto, un 10.





Nos duchamos y nos preparamos para cenar, bajamos a recepción y nos recomiendan una pizzeria a 50 mts. de su propiedad. Las fotos no hacen justicia, estaba todo buenísimo.



Como se cuida el José.



Y Carmela también.

Luego vino el helado, italiano, ¿como podía estar?, de muerte.., un paseo por el pueblo, toda la gente sentada en las puertas de las casas, con los nietos correteando, como cuando éramos pequeños, nos gustó mucho la verdad.


DÍA 6, MIÉRCOLES 12 DE AGOSTO


Después de haber dormido de escándalo, un desayuno de cine, capuchino incluido.


De día se ve mejor el hotel.


La moto a buen recaudo, cargamos, nos despedimos, y continuamos, a ver una cosa que estaba esperando desde que salí de casa..


Visita a la fábrica de Moto Guzzi.
La única decepción de todo el viaje, no por la fábrica, sino porque en los años de historia de la marca no se habían hecho reformas importantes, y van ahora y durante los meses de Julio y Agosto, la cierran para hacer "reforma general". Haber avisado.


 
Me conformé con hacer fotos a la fachada.


Continuamos viaje, y pasamos por el único paso en el que había un pueblo, Malojapass, curioso nombre, y venga a verse motos y ciclistas por todas partes, el paraíso existe.


Llegamos al paso Bernina ( Berninapass )y las vistas son espectaculares, montañeros por todas partes, ¿ a donde van ?, me doy la vuelta y lo entiendo....


Menudo "peazo" glaciar, según un cartel, a unos pocos km. andando, pero no llevábamos ropa adecuada para subir, a la próxima..

Como íbamos bien de tiempo, al no visitar la fábrica de Moto Guzzi, llegamos nada más comer al hotel de Sóndalo, viejo y en el quinto pijo, pero tan cerca del Stelvio, no hay otra cosa a ese precio. Nos instalamos, fuera equipaje, con menos peso, ideal para afrontar el motivo de este viaje, la última prueba de que podíamos conseguirlo, el sueño ansiado de todo motero, el Stelvio, aún se me ponen los pelos de punta cada vez que lo nombro.


Por lo menos las vista sí eran buenas, algo tiene que tener bueno un hotel en el quinto pijo.

Salimos para Bormio, cruzamos por el centro del pueblo, motos y ciclistas por todos lados, y cojemos la carretera que se dirige a Prato dello Stelvio....









A todo esto, curvas, subida, ciclista, curva, subida, "tornante" ( así llaman ellos a las corvas de 180 grados ), pero cuando se me ocurre parar, veo esto, LA HOSTIA, y hasta me emociono y todo..
Continuamos hasta llegar a una especie de meseta que hace la montaña para llegar finalmente a nuestro destino.



Las curvas tenían un peralte de miedo, ni el circuito de la Torrecica.

La foto del viaje, objetivo cumplido, vaya caretos de cansados, como hacía mucho sol durante todo el viaje, se me pegó en la cara con la forma del casco, le parezco a Heidi con sus coloretes.


El lugar en concreto, con muchos recuerdos...

Vaya sitio donde construir.


La bajada hacia Prato dello Stelvio. También acojona, pero como siempre hay que dejar algo por ver para así regresar alguna vez, ya no bajamos. Este era el lugar más alejado de casa que íbamos a visitar, o eso creíamos....


La bajada. Seguimos tranquilamente hacia el hotel sabiendo que esto se acababa, todo tiene un comienzo y un final...